Fuente: El debate
A.la hora de elegir la carrera universitaria que queremos cursar, son varios los factores a tener en cuenta, como la vocación, las capacidades que cada uno tenga o la empleabilidad. Este último factor puede ser uno de los más decisivos para los futuros universitarios, ya que el mercado laboral en España será el que defina el futuro de los alumnos.
Ala hora de elegir la carrera universitaria que queremos cursar, son varios los factores a tener en cuenta, como la vocación, las capacidades que cada uno tenga o la empleabilidad. Este último factor puede ser uno de los más decisivos para los futuros universitarios, ya que el mercado laboral en España será el que defina el futuro de los alumnos.
Filosofía
Aunque la Filosofía es una de las disciplinas más nobles del pensamiento humano, en España enfrenta una paradoja: su valor formativo es altísimo, pero su aplicación profesional directa es escasa. Quien estudia Filosofía se entrena en el análisis crítico, la lógica, la ética y la argumentación, habilidades fundamentales en muchos contextos.
Sin embargo, el sistema educativo y económico español no valora ni integra suficientemente estos perfiles en empresas, administración o tecnología, como ocurre en otros países como Alemania o Estados Unidos. En la práctica, la docencia es la principal salida, pero está sobresaturada y requiere años de estudio extra para opositar, con pocas garantías de éxito. Para alguien que necesita insertarse rápidamente en el mercado laboral, es una apuesta difícil de sostener. u
Historia del Arte
La Historia del Arte tiene un valor incalculable como disciplina cultural, pero se ve limitada por la falta de tejido profesional que la sostenga. En España, el patrimonio artístico es enorme, pero los recursos destinados a su conservación y difusión son escasos.
Muchos graduados terminan en una precariedad prolongada, encadenando prácticas, becas y contratos eventuales en museos, fundaciones o instituciones culturales. Otros buscan salidas en la enseñanza secundaria, donde también compiten con licenciados en Historia y otras disciplinas. El turismo cultural podría ser una vía de desarrollo, pero a menudo se explota desde enfoques más comerciales y menos especializados. Sin formación adicional en gestión cultural, turismo o restauración, esta carrera es una de las que más riesgo presenta en términos de empleabilidad.
Criminología
A pesar de que la Criminología ha ganado mucha popularidad en los últimos años, en parte por el atractivo mediático de las ciencias forenses o la criminalística, muchas veces hay una gran distancia entre lo que los estudiantes esperan y la realidad profesional. En España, un título en Criminología por sí solo no abre muchas puertas.
Las funciones propias de análisis criminal, tratamiento penitenciario o prevención del delito suelen estar en manos de cuerpos de seguridad del Estado o profesionales con titulaciones complementarias como Derecho, Psicología o Trabajo Social. Además, muchas instituciones no tienen aún definidos perfiles criminológicos propios. Esto deja a los graduados en un limbo formativo que solo pueden superar con estudios posteriores u oposiciones duras. Es una carrera interesante, pero que no debería abordarse sin una estrategia clara de futuro.
Muchos graduados terminan en una precariedad prolongada, encadenando prácticas, becas y contratos eventuales en museos, fundaciones o instituciones culturales. Otros buscan salidas en la enseñanza secundaria, donde también compiten con licenciados en Historia y otras disciplinas. El turismo cultural podría ser una vía de desarrollo, pero a menudo se explota desde enfoques más comerciales y menos especializados. Sin formación adicional en gestión cultural, turismo o restauración, esta carrera es una de las que más riesgo presenta en términos de empleabilidad.
Ciencias Ambientales
En teoría, Ciencias Ambientales debería ser una de las carreras del futuro: cambio climático, sostenibilidad, energías limpias… todo apunta a que el planeta necesita más expertos en medio ambiente. Sin embargo, la realidad española muestra otra cara. El mercado está saturado de graduados, pero no hay una demanda suficiente de empleos técnicos bien remunerados.
La mayor parte de las salidas están en el sector público, lo que obliga a opositar, o en la consultoría privada, donde muchas veces se entra por contactos y se ofrecen condiciones laborales poco atractivas. A menudo, quienes consiguen estabilizar su situación han complementado la carrera con másteres en ingeniería ambiental, GIS, energías renovables o gestión empresarial. Sin esa especialización o sin salir al extranjero, esta carrera tiende a generar frustración entre quienes esperaban una mayor proyección profesional.
 
															


