Un nuevo estudio del Banco de España desgrana cómo puede afectar la nueva normalidad en la reapertura de la economía al mercado de trabajo. Alrededor de 3,75 millones de empleos estarán amenazados por las condiciones seguridad y la caída de la demanda generalizada. Los expertos apuntan a que, de nuevo, los trabajos precarios serán los que paguen los platos rotos y advierten de que no todas las regiones sufrirán el desempleo por igual. Baleares, Canarias y La Rioja se llevarán la peor parte. Además, señala que los trabajadores afectados encontrarán dificultades para recolocarse en sectores con mayor potencial de empleo por la falta de formación y capacidades.
El mercado de trabajo en España quedará devastado por la pandemia del coronavirus en la nueva normalidad. El Banco de España proyecta, en un nuevo informe, la pérdida potencial de 3,75 millones de empleos tras superar el golpe del coronavirus, lo que supone casi el 20% del empleo total. Los economistas Brindusa Anghel, Aitor Lacuesta y Ana Regil de la Dirección General de Economía y Estadística han realizado una simulación a partir de los sectores más afectados por las medidas de distanciamiento social que se tendrán que adoptar hasta que exista un tratamiento eficaz contra el coronavirus.
Es esperable que en el período inmediato tras el confinamiento las actividades relacionadas con el turismo, la restauración y el ocio de masas se enfrenten a una demanda débil por el necesario distanciamiento social, incluso aunque pudieran desarrollarse siguiendo unas estrictas normas de seguridad de salud pública», inciden los expertos. Hasta finales de abril, se esfumaron casi un millón empleos y más de 3,5 millones de trabajadores penden de un hilo acogidos a los ERTE.
Para hacerse una idea de la posible devastación para el mercado de trabajo se puede tomar como referencia la anterior crisis. Según la EPA, desde finales de 2007 a principios de 2014 se perdieron 3,62 millones de puestos de trabajo. Los expertos del Banco de España manejan estas cifras para los próximos meses. Los economistas ponen de relieve la principal razón de esta hecatombe, la dependencia del sector servicios de la economía española, especialmente hostelería, turismo y ocio masivo, los sectores más castigados por la actual crisis y que todavía no vislumbran una salida viable a las medidas de confinamiento.
Potencial de perder el empleo
Los jóvenes tienen mayor riesgo de perder el trabajo
La antigüedad también es determinante.
Los economistas también ponen en el ojo del huracán al comercio en establecimientos físicos, tanto minorista como mayorista, con una notable debilidad en la demanda, por la menor afluencia de clientes que tendrán ante el riesgo de contagio como por el auge del comercio por Internet.
¿Qué actividades concretas serán las más afectadas?
Las ramas más afectadas por la nueva normalidad de los próximos meses, según los expertos, serán el transporte interurbano y marítimo, hoteles y alojamientos similares, restaurantes y bares, actividades de agencias de viajes y operadores turísticos y organización de convenciones y ferias de muestras.
En cuanto al ocio, sufrirán las actividades de creación y artísticas, como conciertos y teatros, también bibliotecas, archivos y museos. Tampoco se librarán los juegos de azar y apuestas, actividades deportivas, recreativas y de entretenimiento.
Como en anteriores crisis, los expertos pronostican que el perfil del trabajador con mayor posibilidad de perder el empleo son los que tienen contrato temporal y parcial, joven y con menores salarios. Los trabajadores precarios son los que volverán a pagar los platos rotos. Para sus estimaciones, los expertos utilizan la Muestra Continua de Vidas Laborales de 2018 y resaltan el elevado peso que tienen los jóvenes menores de 25 años en los sectores más afectados, casi doblan a la media observada en el total de la economía. Del millón que aproximadamente está trabajando, aproximadamente casi 400.000 jóvenes lo hacen en comercio, restauración, turismo y sectores relaciones.
Por grupos de cotización a la Seguridad Social, los más expuestos serán los grupos del 7 al 12, que engloba a oficiales, peones y los trabajadores menores de 18 años y que tienen menor formación y suelen tener bases de cotización bajas y, por tanto menores salarios. Estos grupos cubren el 75% del empleo de actividades relacionadas con el turismo y el ocio, y el 62% si se incluye el comercio, con lo que son los que tienen mayor riesgo de perder el empleo.
La antigüedad también tiene un efecto diferencial en el análisis y para conservar el puesto de trabajo. Aproximadamente el 22% de la fuerza laboral de España lleva trabajando en una empresa hace menos de seis meses, lo que implica que hay una alta probabilidad de no tener contrato indefinido y un elevado riesgo de no continuar en el empleo cuando finalice el contrato, teniendo en cuenta el complicado entorno.
El Banco de España también tiene en cuenta en su análisis los sectores que resistirán mejor la nueva fase que espera a la economía y será capaz de generar empleo. Se tratan de servicios imprescindibles que posibilitan y agilizan la venta de bienes por Internet, como el transporte de mercancías, logística y reparación de vehículos, y, por otro lado, los relacionados con el mayor consumo de ocio doméstico. Asimismo, con la extensión del teletrabajo y de las ventas por Internet, otras ramas podrían verse positivamente afectadas, como las relativas a la información y la comunicación, y a la reparación de ordenadores y equipos de comunicación.
A la conclusión que llegan los expertos es que el potencial de estas ramas de actividad no compensará la pérdida de empleo que se espera. Además, de los desequilibrios que generan. Por ejemplo, estas actividades tienen una elevada proporción de hombres respecto a mujeres. En 2018, estaban copados por el 73%. Además, son empleos que requieren una mayor cualificación que en hostelería y muchos trabajos asociados con el turismo.
El Banco de España apunta a que la movilidad entre los trabajadores más afectados a los sectores con mayor potencial en la creación de empleo será complicada y escasa la las tareas realizadas por los trabajadores de los diferentes. Los expertos lo achacan a la falta de formación y capacidades. «En la hostelería y el comercio, debido en parte al uso menos intensivo que hacen de las tecnologías de la información y las comunicaciones, la escritura, la lectura y las habilidades numéricas».
Los analistas también destacan que los trabajadores de ramas relacionadas con el transporte de mercancías, viajes organizados y actividades de ocio o recreacionales «podrían tener más oportunidades de encontrar un empleo en otras áreas».
Canarias y Baleares se llevarán el peor golpe tras la desescalada
Otro aspecto muy importante que dejan estos sectores, potencialmente indemnes a la nueva normalidad, es su distribución territorial. No en todas las comunidades autónomas tienen un peso importante para que sirvan de amortiguador. De hecho, solo en Navarra supusieron más puestos de trabajo que el turismo y el comercio. Junto a Madrid y Cataluña son las regiones con mayor potencial para crear empleo de estas características.
El territorio y su estructura laboral también será determinante para saber qué comunidades autónomas serán las que más empleo destruyan. El informe del Banco de España otorga todas las papeletas a Baleares y Canarias por la alta exposición al turismo, muy por encima de la media nacional. El 25% del empleo en ambas regiones está en riesgo. El porcentaje aumenta al 33% para Baleares y al 38% para Canarias si se tiene en cuenta que el sector es un motor indispensable para el comercio local. También quedan muy expuestas a una fuerte pérdida de empleo La Rioja, Ceuta y Melilla, Andalucía, Castilla y León y Cataluña.
FUENTE: El Economista 20/05/2020