J. G. JORRI
El Ministerio de Economía comparte la hoja de ruta marcada por la Comisión Europea: ahora hay que mantener los estímulos para reducir la crisis económica y, después vendrán los ajustes
La pandemia del coronavirus ha requerido la puesta en marcha de medidas extraordinarias para frenar la propagación de la enfermedad, y también evitar el colapso económico. Estas medidas son imprescindibles en el corto plazo para evitar una crisis larga y profunda, pero será cara y disparará el endeudamiento de los paíes. España ya partía en una situación muy vulnerable, con un déficit estructural del entorno del 3% del PIB y una deuda superior al 95%. Esta posición de partida hace que la situación del país vaya a ser especialmente grave cuando finalice la crisis. De ahí que la Comisión Europea haya urgido a España a poner en marcha políticas responsables cuando termine la crisis para reconducir la deuda y el déficit públicos.
El Gobierno de España ha contestado a la Comisión Europea este mismo miércoles prometiendo que pondrá en marcha las medidas necesarias cuando vuelva el crecimiento económico. Esto significa que el país pondrá en marcha los ajustes incluso antes de recuperar el nivel de PIB previo a la pandemia. En una nota publicada por el Ministerio de Economía, el Gobierno se compromete a realizar «una política fiscal responsable«, tanto durante la crisis como en la recuperación posterior. «Recuperaremos la senda de reducción de déficit y deuda cuando volvamos al crecimiento económico, comprometidos con nuestros objetivos presupuestarios», asegura el Gobierno en la nota.
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Las previsiones oficiales del Gobierno estiman un déficit del 10,3% del PIB al cierre del año, con la deuda escalando por encima del 115%. Este desequilibrio dejará a España en una situación muy delicada, como alertó el lunes el gobernador del Banco de España en su comparecencia en la Comisión de Asuntos Económicos del Congreso de los Diputados. Pablo Hernández de Cos reclamó a las diversas fuerzas políticas acordar un programa de ajuste de medio y largo plazo orientado a reconducir los desequilibrios fiscales del país para garantizar la solvencia del estado del bienestar.
Recuperaremos la senda de reducción de déficit y deuda cuando volvamos al crecimiento económico
Ahora es el Gobierno quien se compromete con los socios europeos a poner en marcha una respuesta fiscal responsable. Sin embargo, las experiencias no son halagüeñas para la estabilidad presupuestaria. En 2019 el Gobierno prometió una reducción del déficit y que lograría el primer superávit primario desde la burbuja inmobiliaria, en el año 2007. Finalmente no cumplió ni la una ni la otra y el déficit escaló hasta el 2,8% del PIB.
En esta ocasión, el Ministerio de Economía vuelve a asegurar que «las recomendaciones emitidas hoy por la Comisión Europea están muy alineadas con la agenda de política económica del Gobierno». Está por ver si en esta ocasión los hechos acompañan a las palabras. El Gobierno ha puesto en marcha la creación de dos nuevos impuestos, el de servicios digitales y el de transacciones financieras, con los que pretende iniciar el ajuste del déficit.
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Pero no serán las únicas subidas de impuestos: Unidas Podemos y PSOE han lanzado la subida del IRPF a las rentas altas y del capital en el Congreso y también está pendiente la subida del impuesto sobre sociedades. El Ejecutivo pretende elevar la recaudación para que los ajustes no tengan que realizarse por la vía del gasto. Los posibles ahorros derivados del análisis de las partidas de gasto que está realizando la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) se dirigirán a financiar otras partidas de gasto.
El Minsterio de Economía también ha prometido a Bruselas que relanzará la inversión pública y privada. En el caso del sector privado, esta inversión estará muy vinculada a la confianza del tejido empresarial. Pero en lo que responde al sector público, los niveles de inversión de España están en mínimos históricos tras años de recortes. De ahí que está por ver si el Gobierno está dispuesto a dar un impulso a estas partidas y, también, como se hace compatible con la reducción del déficit.
Fuente: El Confidencial