El principal objetivo de las compañías de cara a 2021 será revertir las consecuencias negativas derivadas de la pandemia. En este escenario, la formación a medida será una aliada indispensable, ya que potenciará la capacidad de adaptación de los negocios y los impulsará en su Transformación Digital
Este año que termina ha dejado un panorama empresarial asolado a causa de la COVID-19. Sin embargo, ahora a las puertas de 2021, es momento de seguir buscando soluciones y generar nuevas oportunidades. Según los expertos, formar a las personas de la organización es una de las palancas que pueden minimizar o incluso revertir la situación si las compañías escogen la formación apropiada a su negocio y situación y la dirigen correctamente a cada uno de sus profesionales.
Además, a lo largo de este año se han descubierto grandes carencias relacionadas con las capacidades organizativas, comunicativas o de seguridad, entre otras, totalmente incompatibles con la deslocalización de los puestos de trabajo, cuestiones que imposibilitan la Transformación Digital y el éxito de los negocios.
Para 2021 que habrá una mayor demanda de la formación especializada en ciberseguridad y de tecnologías digitales concretas asociadas al teletrabajo y a las comunicaciones online. Sin embargo, cree que no es suficiente y el enfoque puede ser erróneo.
“Las compañías se replanteen su situación de cara al próximo año (incluso a medio-largo plazo) e inviertan en formaciones que les ayuden desde una perspectiva global y no en cursos asilados, ya que podrían ser solo “parches” que no ataquen a la raíz del problema”.
“Puede parecer complejo abordar aspectos tan variados, sin embargo, es posible gracias a la maximización de los esfuerzos e inversión y a la planificación derivada de un estudio exhaustivo previo. Muchas compañías todavía no son conscientes de que la correcta formación crea oportunidades de negocio, equipos fuertes y ampliamente comunicativos totalmente capaces de adaptarse a nuevas situaciones, minimiza la rotación de los empleados, etc. Cuestiones totalmente necesarias para entrar en el terreno de la competitividad empresarial”.
Y es que la poca capacidad de adaptación de las compañías puede agravar la magnitud de los daños derivados de una crisis sufrida como la provocada por la pandemia. “La realidad es que, si las organizaciones hubieran contado con planes formativos adecuados, seguro que habría sido mucho más fácil habituarnos y reponernos a los efectos de la COVID-19. Ahora, con lo aprendido, invirtamos en aquello que necesitamos: formación de calidad, para estar siempre bien preparados y que no vuelva a ocurrir”.